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Olga de Andrés, CEO & Founder de Growth Boutique y Linkedin Top Voice: “La atención es tan pequeña que si no captas al usuario de una manera que puedas retenerlo, no te sirve de nada”

Ha pasado por diferentes empresas, con distintos puestos de trabajo y en sectores que poco tienen que ver entre sí: desde apoyand...

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12/12/2024

Ha pasado por diferentes empresas, con distintos puestos de trabajo y en sectores que poco tienen que ver entre sí: desde apoyando al departamento de marketing de un hotel; en la parte digital de agencias enfocadas a email marketing; en el área corporativa de branding y PR para una gran multinacional como BCG; también en start ups y pequeñas empresas como Pagantis, Bnext o Products Hackers… De hecho, para ella, ese fue su punto de arranque, porque uno no descubre lo que verdaderamente le apasiona, si antes no ha probado cosas nuevas. Así lo considera Olga, quien, a pesar de ser consciente de la dificultad que enfrentan los jóvenes ante la enorme demanda de trabajo, ha conseguido encontrar su vocación en el emprendimiento. Y esa experiencia en tantas áreas le ha conseguido dar un aprendizaje y un enfoque global en el diseño de estrategias de marketing. 


Un pequeño gran recorrido hasta el emprendimiento

El viaje hacia el emprendimiento de Olga no ha sido un camino directo, sino uno lleno de pequeñas decisiones, aprendizajes y una constante evolución. Sus múltiples experiencias en distintos roles, empresas y sectores le han permitido desarrollar un perfil muy horizontal, capaz de diseñar estrategias y crear contenido que favorezca el crecimiento orgánico de las marcas. 

Esa versatilidad ha sido clave en su desarrollo. Se ha especializado en áreas como el email marketing, la creación de contenido, el CRM y la analítica, herramientas esenciales en el marketing digital. Pero lo que realmente marcó su despegue como emprendedora fue su inquietud paralela: un pódcast, una newsletter y una creciente actividad en LinkedIn. Iniciativas que, lejos de ser meros proyectos personales, se convirtieron en la base para construir su marca personal.

"Cuando empecé a publicar contenido, a compartir lo que sabía, la gente comenzó a contactarme. Me invitaban a pódcast, me ofrecían trabajos freelance".

El flujo de oportunidades creció hasta el punto en que tuvo que tomar una decisión: "O dejaba mi trabajo o dejaba de aceptar proyectos freelance". Finalmente, tras años de preparación, formación y esfuerzo, en 2022 se lanzó como autónoma. 

“Había soñado con esto desde pequeña, pero sabía que no podía ser un salto improvisado. El recorrido hasta ese momento implicó ocho años de aprendizaje”.

Además de tomar el control de su carrera, Olga tenía claro que su horizonte también era internacional. Aunque el salto inicial fue en España, su aventura pronto la llevaría a Estados Unidos, un cambio que también marcó una nueva etapa en su vida como emprendedora en remoto.

La clave del desarrollo está en lo que consumimos

Olga es una firme creyente de la importancia de rodearse de las personas adecuadas y consumir contenido inspirador. 

“Eres el promedio de las cinco personas con las que más te relacionas (...) Cuando estaba en Producto Hackers, mis compañeros tenían newsletter, pódcast... Ese ambiente me motivaba muchísimo”.

También señala la relevancia de filtrar el contenido que consumimos, especialmente en un mundo hiperconectado donde las redes sociales pueden ser tanto una herramienta como una distracción. "Está bien entretenerse, yo lo hago, pero si realmente quieres dar el paso hacia algo nuevo, necesitas consumir contenido que te sume. Escuchar pódcast, leer sobre lo que te interesa, formarte continuamente. Eso hace toda la diferencia", explica.

Con este enfoque, Olga no solo ha logrado crecer profesionalmente, sino también mantener la motivación necesaria para enfrentar los retos del emprendimiento. Su historia es un recordatorio de que, aunque los pasos pequeños pueden parecer insignificantes al principio, juntos forman el camino hacia grandes logros.

Para ella, el contenido de calidad es una fuente inagotable de inspiración y aprendizaje. 

“En su momento, yo escuchaba un pódcast que ya no está activo, pero que me marcó mucho, No Tiene Nombre, de Nacho y Enric Sánchez, porque hablaban mucho de emprendimiento.”

Hoy en día, Olga continúa consumiendo contenidos que alimentan su curiosidad. De hecho, uno de sus pódcast favoritos actuales es Better, que aborda mentalidad y emprendimiento, combinando historias de emprendedores con reflexiones sobre crecimiento personal. 

“También me inspiran historias de gente que no necesariamente está en el marketing, como un psicólogo que ha crecido gracias a su marca personal. Es ese tipo de relatos los que me motivan”.

Más allá de los pódcast, Olga encuentra en las newsletters un formato perfecto para profundizar y reflexionar. 

“Empecé mi propia newsletter porque me gusta mucho leer y escribir. Entre mis recomendaciones están la de Sin Oficina, que está muy enfocada en quienes quieren crear cosas; Making Process de Elena Madrigal, que es estupenda; y Movidas de Emprender de Chus Naharro. Son boletines que puedes leer en un minuto, pero siempre te aportan algo valioso”.

Y es que ella también valora los formatos de contenido más pausados frente a las plataformas dominadas por la inmediatez. 

“Me encanta que haya un resurgir del contenido más slow, como las newsletters. Puedes disfrutarlas con un café un domingo, sin prisas, algo que contrasta con el consumo rápido y frenético de TikTok, por ejemplo”.

Por último, Olga también celebra la importancia de formatos escritos como el de este medio. “Me parece muy bueno lo que estáis haciendo creando contenido escrito. Hay gente, como yo, a la que todavía nos gusta leer y reflexionar, más allá de consumir vídeos cortos”. Su perspectiva refleja un equilibrio entre lo digital y lo pausado, resaltando que en el mundo del marketing y el emprendimiento, no todo tiene que ser inmediato para ser efectivo.

Y, como no podía ser de otra manera, ella misma está produciendo su propio contenido para ayudar a otros. “Estoy lanzando un curso sobre cómo crear una audiencia. Hay mucha gente interesada en aprender a hacer newsletters y formatos más sostenibles. Es algo que me apasiona porque conecta con esa idea de construir algo duradero y con sentido”.

Todo empieza con la estrategia

El punto de partida de cualquier proyecto exitoso, ya sea personal o profesional, es una estrategia clara y adaptada a las circunstancias. Esto aplica tanto a la creación de contenido como al desarrollo de estrategias de crecimiento para empresas.

“En el caso de las redes sociales, es fundamental adaptarse a lo que está ocurriendo en la plataforma en ese momento. Por ejemplo, LinkedIn ha cambiado muchísimo este año: pasamos de carruseles a vídeos cortos. Y no es que LinkedIn quiera parecerse a TikTok, sino que los usuarios están consumiendo ese tipo de contenido. Mi filosofía es adaptarme al formato, si estás en una red social, juegas bajo sus reglas”.

Esa misma lógica de adaptación la aplica a otros formatos. En sus pódcast, Olga apuesta por la autenticidad y la flexibilidad. 

“A menudo grabo en lugares distintos, como una cafetería al aire libre en Brooklyn. Lo hago porque cambiar de escenario me ayuda a no aburrirme y a mantener la frescura. Crear un pódcast no es tan fácil como parece: hay que editar, subirlo, generar contenido adicional... Es mucho trabajo. Así que, para mantenerme motivada, me aseguro de disfrutar el proceso”.

Su consejo para quienes desean emprender proyectos de contenido es empezar con los recursos mínimos. 

“Todo el mundo tiene un móvil que sirve para grabar. No hace falta gastar mucho dinero al principio. Yo he ido haciendo inversiones progresivas, marcándome metas. Pero primero hay que probar y validar la idea”.

De hecho, en su rol como CEO de Growth Boutique, Olga lleva esta mentalidad estratégica al ámbito empresarial, diseñando estrategias digitales personalizadas. “Cada empresa está en un momento diferente. Algunas tienen un producto mínimo viable y necesitan escalarlo; otras llevan años en offline y están dando el salto al online; y hay quienes ya tienen tráfico y clientes, pero necesitan mejorar sus métricas”.

El primer paso, según Olga, es un diagnóstico detallado de la situación de la empresa: “Analizo aspectos como cuánto tiempo llevan operando, si su producto está validado o qué tráfico tienen. A partir de ahí, definimos los KPIs prioritarios. Por ejemplo, si estás en una etapa de lanzamiento, no te enfocarás en retención, sino en conseguir tráfico y analizar el comportamiento de los usuarios: qué los motiva, qué problemas encuentran y por qué convierten o no”.

Una personalización es clave para no caer en comparaciones poco útiles, pues cada compañía, con su tamaño determinada y en su etapa empresarial, tiene necesidades y desafíos únicos.

Para Olga, la estrategia no es un concepto rígido, sino una metodología flexible que se adapta a las necesidades específicas del negocio y sus metas. Ya sea ajustándose al algoritmo de una red social o diseñando el plan de crecimiento de una empresa, su enfoque está siempre basado en el análisis, la adaptación y la acción medible.

Una metodología de trabajo eficaz

Junto con la estrategia, diseñar una metodología de trabajo efectiva y medible es el siguiente paso a construir un desarrollo de trabajo sólido y orientado a resultados. Ella lo ve como un enfoque estructurado que varía según las necesidades de cada negocio. Y su experiencia trabajando en empresas enfocadas en e-commerce y SaaS le ha llevado a crear una guía clara y adaptable que comienza con una premisa fundamental: analizar a fondo antes de actuar.

“Lo primero que hago es analizar la situación de la empresa en detalle, para ello utilizo herramientas que me permiten estructurar la información y priorizar las acciones. De este modo, mido el estado actual de la empresa: cuánto tráfico tiene, qué canales están activos y cómo están funcionando. Luego, reviso aspectos clave de conversión en la web: si el precio está visible en las fichas de producto, si hay reseñas, si es fácil seleccionar tallas… Todo esto forma parte de una checklist, que aplico especialmente en e-commerce, y que me ayuda a determinar el éxito”.

Su análisis no se limita a aspectos técnicos, sino que también examina el recorrido del usuario dentro de la web. Para Olga es importante revisar todas las fases: desde que el usuario entra a la ficha de producto hasta el checkout. Pues esto le ayuda a identificar cuellos de botella y oportunidades de mejora.

Otro pilar de su metodología es la personalización según el tipo de negocio y sus recursos: 

“Cada empresa tiene necesidades diferentes. Por ejemplo, si eres un SaaS, probablemente no necesites invertir en Instagram, pero deberías centrarte en medios como Twitter o LinkedIn. En cambio, si eres un e-commerce B2C, TikTok e Instagram son prioritarios, pero LinkedIn no tanto”.

Y también, entre las claves del éxito están la estructura y disposición de los equipos, pues considera que si alguien del equipo puede ser la cara visible de la empresa, es más sencillo publicar contenido orgánico y es más fácil adaptarlo a diferentes plataformas. Pero si los recursos son limitados, es mejor enfocarse en lo que puede generar el mayor impacto.

Cuando se trata de decidir por dónde empezar, Olga lo tiene claro: la captación y retención de usuarios. 

“Soy muy partidaria de siempre empezar creando una base de datos de usuarios. Muchas veces veo empresas que gastan mucho dinero en campañas para atraer tráfico a la web, pero no tienen una estrategia para captar leads. Ahora la atención del usuario es tan corta que, si no logras retenerlo en ese primer contacto, lo pierdes”.

Para ella, el email marketing es una herramienta esencial en este proceso. “Captar leads a través de campañas bien dirigidas y luego trabajar en la retención mediante email marketing es clave. Esto no solo mejora la relación con los usuarios, sino que permite aprovechar al máximo cada esfuerzo de adquisición”.

El enfoque de Olga busca siempre conectar cada táctica con una estrategia a largo plazo. “No hay una ‘Biblia’ de cómo hacer todo, pero siempre sigo un esquema claro: analizar cómo está la adquisición, evaluar el estado de la web, trabajar en la conversión y, finalmente, enfocarme en la retención. Este orden asegura que cada paso contribuya al crecimiento de la empresa de manera sostenible y medible”.

Su metodología, combinando análisis profundo, personalización y priorización, es un recordatorio de que el éxito no depende solo de buenas ideas, sino de una ejecución estratégica y adaptada a la realidad de cada proyecto.

La importancia del camino, más allá de los resultados

Es un hecho que las métricas suelen dominar las conversaciones de marketing, pero Olga tiene una perspectiva distinta: para ella, el proceso es tan o a veces incluso más importante que los resultados. Esta filosofía, que comparte a menudo en su pódcast y newsletter, nace de una observación recurrente en el ámbito del marketing digital y del emprendimiento: los resultados pueden ser pasajeros, pero el proceso es lo que verdaderamente deja un aprendizaje duradero.

“Hay objetivos que no te dicen mucho. Puedes alcanzar resultados muy altos porque has hecho una gran inversión económica, pero eso no siempre refleja la calidad de la campaña ni garantiza que lo puedas replicar en el futuro. Por eso, me interesa más el proceso, porque es ahí donde realmente aprendes, sobre todo si trabajas en equipo”.

Para ella, el proceso es una herramienta poderosa, especialmente para quienes emprenden o gestionan proyectos en solitario. 

“Los resultados pueden ser efímeros, pero lo que aprendes y haces en el camino es lo que realmente te prepara para repetirlo y mejorarlo en el tiempo. Esa es la verdadera medida del éxito”.

En este sentido, su experiencia destaca la importancia de no solo mirar hacia las metas finales, sino disfrutar y aprender del trayecto que lleva hasta ellas, construyendo así un conocimiento y una confianza que trascienden los números.

Y aunque Olga defiende la importancia del camino, no deja de lado la necesidad de establecer metas claras, especialmente en un entorno empresarial donde los objetivos son imprescindibles. Sin embargo, su enfoque es pragmático y moderado, y para calcular estos objetivos, Olga se apoya en datos concretos, como el tamaño de la base de datos de email marketing: “Si tienes 50.000 seguidores en una base de datos, es más probable que tengas conversiones significativas que si solo tienes mil. Utilizo esta información para calcular objetivos realistas, manejando siempre porcentajes conservadores. Porque al final, a la gente le cuesta mucho pagar por algo, y hay que ser realista con eso”.

¿Qué sucede cuando los resultados no cumplen con lo esperado? Según Olga, lo primero es analizar la causa. Si has pagado una campaña, hay que preguntarse: ¿el mensaje no se entendió?, ¿el producto no gusta? Si los números no te dan la respuesta, lo mejor es preguntar a la gente directamente.

Para obtener esas respuestas, Olga recurre al feedback cualitativo y destaca la importancia de los fans leales de un producto o marca: “Siempre hay un pequeño porcentaje de usuarios que son verdaderos fans y están dispuestos a darte su opinión. En el mundo digital, hay mucha gente abierta a participar y ofrecer feedback; solo hay que saber aprovechar esa disposición para mejorar”

La verdadera clave de éxito

En definitiva, la perspectiva de Olga está principalmente fundamentada en la acción estructurada, la colaboración y la adaptabilidad. A través de iniciativas como su curso en Núcleo Learning, Olga aboga por un enfoque metódico para planificar, ejecutar y medir estrategias que trasciendan lo convencional.

Por eso, para ella, contar con un plan de experimentación es esencial. 

“Un plan de experimentación te permite visualizar todas las acciones posibles, no solo centrarte en ‘vamos a hacer esto’. Es una manera de tener un listado amplio de ideas para implementar, priorizando aquellas con mayor impacto y menor esfuerzo”.

Este enfoque colaborativo, que incluye a todas las partes involucradas, es clave para Olga: “Aunque yo tengo conocimiento desde fuera, las personas que están inmersas en el producto o que han fundado la empresa tienen un conocimiento más profundo. Juntos, hacemos una lluvia de ideas y luego priorizamos en función del impacto y el esfuerzo necesario para cada acción”.

Para ella, la clave está en invertir: “esfuerzo mínimo, impacto máximo. Sobre todo al principio, cuando los recursos suelen ser limitados, es mejor empezar con pequeñas acciones e ir escalando”.

Además, este plan se convierte en una base para iterar y adaptarse: “Si algo no funciona, puedes recurrir a otras ideas para seguir moviendo la rueda. No te quedas bloqueado porque siempre tienes opciones”.

Para Olga, medir el éxito no se basa en métricas superficiales. “Lo que realmente importa es la compra. Llevar tráfico está bien, pero si ese tráfico no se convierte en ventas, no es suficiente. La clave está en generar conversiones y, aún más importante, en retener clientes para que vuelvan a comprar”.

En este punto, Olga también reconoce el potencial de la inteligencia artificial (IA) en la publicidad digital. Aunque inicialmente fue escéptica, ha encontrado formas de integrar esta tecnología en sus procesos.

“Al principio, era un poco reacia a la IA, pero cada vez funciona mejor y creo que será clave en cualquier estrategia digital. Sin embargo, es importante combinarla con el conocimiento humano y la experiencia, porque la IA por sí sola no puede reemplazar el toque personal”.

Olga utiliza herramientas como ChatGPT para diversas tareas: desde la generación de nombres para productos hasta resolver problemas técnicos complejos. “Por ejemplo, cuando tengo errores al conectar herramientas como Stripe y MailChimp, GPT se convierte en mi asistente virtual. Me ayuda a identificar problemas y solucionarlos. Es una fuente de información muy útil, especialmente en temas técnicos”.

Para Olga, la clave del éxito radica en una mezcla de estrategia, adaptabilidad y aprendizaje continuo. Al integrar procesos colaborativos, herramientas tecnológicas y un enfoque en resultados concretos, demuestra que el verdadero éxito no está en alcanzar una meta puntual, sino en construir un sistema que permita aprender y crecer constantemente.

En sus palabras: “La tecnología, los planes bien estructurados y la medición del impacto son fundamentales, pero lo más importante es tener la capacidad de adaptarte y seguir moviendo la rueda, pase lo que pase”.