Cualquiera diría que una carrera enfocada en su totalidad a las letras acabaría dando un giro tan grande. Es lo que le ocurrió a Carmen, por un acontecimiento fortuito del destino. Por estar en el lugar adecuado y en el momento adecuado. Pero sobre todo por tener esa predisposición, vitalidad, energía e interés necesarios para sumergirse y adaptarse a nuevas oportunidades, y que tanto nos transmite cuando hablamos con ella.

Además de su perfil humanista y tecnológico, fue seleccionada en 2023 como una de las 100 personas más creativas según Forbes; ha coescrito el libro La primavera de la inteligencia artificial, con José Carlos Sánchez, que ella define como “una puesta en órbita para entender lo que está sucediendo con la inteligencia artificial, especialmente en relación con el lenguaje, y cómo ha sido percibida en los medios y la cultura popular”. Aunque nos confiesa que su lectura obligatoria son las reflexiones filosóficas de Margaret Boden sobre la ciencia y la tecnología que proporcionan una perspectiva profunda sobre los aspectos éticos y culturales de la IA. Y como filóloga, nos invita a no perdernos Asesinato en el Orient Express de Agatha Christie, Mr. Vértigo de Paul Auster, o cualquiera de las obras de Haruki Murakami.

Toda una charla que nos inspira a descubrir todos los entresijos que vinculan la lengua y la tecnología:

Un camino inesperado

Carmen Torrijos estudió filología hispánica y traducción e interpretación, su vocación era puramente lingüística y por aquel entonces, cuando se sumergía entre los apuntes de sus asignaturas, no se imaginaba ni por asomo que hoy estaría hablando de lingüística computacional, y mucho menos de computación cuántica. Sin embargo, una beca en el Instituto de Ingeniería del Conocimiento cambió su rumbo profesional para siempre.

Fue entonces, durante esa experiencia laboral, en la que entró para hacer traducción tecnológica y control de textos, cuando la lingüística computacional llamó a su puerta. El mercado laboral carecía de perfiles que integraran estas disciplinas y por ello, el Instituto de Ingeniería del Conocimiento tomó la determinación de instruir a profesionales graduados en letras, sobre programación y aprendizaje automático. Una iniciativa que permitía formar perfiles híbridos capaces de combinar habilidades lingüísticas con tecnologías avanzadas.

Durante sus nueve años en el Instituto, Carmen trabajó en equipos interdisciplinarios con ingenieros, psicólogos y matemáticos, descubriendo que su pasión por el lenguaje podía aplicarse de nuevas maneras en el ámbito tecnológico. Y fue precisamente esta pasión la que le llevó a dar un salto a un entorno más comunicativo, con la intención de poder enseñar a otros lo que había aprendido.

Hoy es Responsable de Inteligencia Artificial en Prodigioso Volcán, y su trabajo se centra en ayudar a transformar organizaciones desde diversas perspectivas, a través de proyectos creativos y de comunicación, con el objetivo principal de integrar la IA y facilitar su acercamiento a los empleados.

El lenguaje como columna vertebral de la IA

Toda esta trayectoria profesional ha llevado a Carmen a desarrollar sus propios fundamentos de la teoría de la inteligencia artificial, una teoría que define el lenguaje como la columna vertebral que necesita la IA para potenciar la creatividad y la digitalización.

“Hablar de inteligencia artificial, es como hablar de África como si fuera un solo país, que en realidad está compuesto de muchísimos países con realidades distintas. La inteligencia artificial es igual y puede referirse a muchas cosas. En la actualidad, la conversación sobre IA suele centrarse en los modelos de lenguaje, como GPT-4,que son la base de muchas herramientas IA disponibles.”

Para Carmen, los modelos de lenguaje son poderosos por su capacidad para navegar y explorar ideas; de hecho, los modelos de IA están entrenados con infinitas cantidades de textos alojados en la web, lo que les permite responder preguntas, generar textos y simular conversaciones. Sin la capacidad de comprender y procesar el lenguaje natural, estas herramientas no serían posibles: el prompt, o la entrada de texto, es esencial para la operatividad de las herramientas de IA.

Una ventaja que viene de la mano de un desafío enorme, y es que, el uso de estos recursos hace que las herramientas de inteligencia artificial reflejen tanto la riqueza de la sociedad digital como sus sesgos. Y es aquí donde entran los desafíos técnicos y culturales y donde el factor humano cobra más importancia que nunca.

Desafíos éticos y culturales

Aunque la IA puede adaptarse a variedades informales del lenguaje, sigue siendo un reto identificar con precisión el contexto sociocultural y el perfil del interlocutor. Esto indica la necesidad continua de mejorar la capacidad dela IA para interactuar de manera más sensible y precisa en diferentes contextos culturales y lingüísticos.

Y es que, aunque la inteligencia artificial ha mejorado significativamente en la comprensión de variedades lingüísticas, inicialmente enfrentó obstáculos con acentos regionales. Según explica Carmen: “Estos productos no entendían los acentos, lo que llevaba a la gente a modificar su habla para interactuar con ellos”

Los modelos como GPT-4 están mayoritariamente entrenados en inglés, lo que limita su efectividad en idiomas minoritarios debido a la disponibilidad desigual de datos. Proyectos como Aina están trabajando para mejorar modelos fundacionales en idiomas como el catalán, reduciendo así la dependencia del inglés y mejorando la precisión lingüística en estos idiomas.

Estamos ante una revolución tecnológica que viene de la mano de una revolución lingüística que confronta un riesgo para la lengua:

‍“Existe un riesgo real de que la utilización generalizada de asistentes de IA para la escritura pueda homogeneizar nuestra forma de comunicarnos. Este fenómeno podría resultar en una escritura más plana y predecible, donde la originalidad y el estilo personal se pierdan en un mar de contenidos generados automáticamente”

Para contrarrestar esta tendencia, Carmen enfatiza la importancia de preservar nuestra esencia y estilo de comunicación personal, incluso al aprovechar herramientas de IA. Sugiere que tanto individuos como marcas deben usar estas tecnologías como facilitadoras de ideas, pero manteniendo la autenticidad y el interés en el contenido final. Es crucial, según ella, seleccionar y editar el material generado por IA para asegurar que continúe siendo atractivo y significativo para los destinatarios, evitando así la estandarización y la pérdida de personalidad en las comunicaciones digitales.

La creatividad, un lenguaje en sí mismo

Aunque la IA no reemplaza el trabajo creativo, es efectiva para tareas repetitivas y rutinarias. Los modelos de lenguaje, aunque predictivos, pueden ajustarse para buscar expresiones más originales, pero aún les falta contexto y comprensión del mundo real.

Sin embargo, el uso de la inteligencia artificial, fundamentalmente en el mundo del marketing, va mucho más allá de la mera generación de contenidos. Un enfoque innovador es, por ejemplo, el uso de avatares basados en IA para representar diferentes públicos objetivos, permitiendo probar ideas y estrategias internamente.

Pero además, la IA nos puede ayudar a prototipar, a comunicar nuestras ideas de manera más precisa y veloz, eliminando el bloqueo inicial que muchos enfrentan. “Es lo que nos quita el síndrome del papel en blanco, los miedos creativos”.

La inteligencia artificial está desempeñando un papel crucial al abrir nuevas oportunidades creativas para individuos y organizaciones que antes podrían haberse sentido excluidos de los dominios más técnicos y digitales.

“La IA es una excusa para que mucha gentehaga cosas que no hacía antes, gente que era muy poco tecnológica y que noquería acercarse a determinados programas o que no le gustaban nada lasherramientas. Estamos ante una clara democratización del acceso a herramientasavanzadas que está permitiendo a personas con diversos perfiles explorar yexperimentar en ámbitos tecnológicos y creativos”

Hablando de creatividad, Carmen Torrijos fue elegida como una de las 100 personas más creativas, según Forbes, algo que para ella refleja el esfuerzo por sacar la inteligencia artificial de los territorios tradicionalmente percibidos como grises y técnicos, hacia proyectos más comunicativos, culturales y atractivos para el público.

“Esta experiencia ha reforzado la idea deque la creatividad también requiere estructura y orden para llevar losproyectos desde su concepción hasta su realización completa. Combinar perfilesaltamente creativos con personas más orientadas hacia la gestión y laejecución, como yo, es crucial para mantener la coherencia y llevar a cabo losproyectos de manera efectiva. ¡Y he aprendido que ahí también hay creatividad!”

Integración de la IA en las empresas y equipos

Porque, efectivamente, las empresas necesitan esa coherencia para sacar adelante sus procesos, aunque estos integren la IA para facilitar su desarrollo. Según ella, las claves para facilitar una mejor adopción y uso dela IA en el trabajo son:

1. Nivelar y formar: “Lo primero que hay que hacer     en las empresas es nivelar, poner a todo el mundo al mismo nivel, subir a     los que están más abajo y ofrecer formación y oportunidades de aprendizaje     tanto para aquellos que están muy familiarizados con la tecnología como     para los que muestran resistencia o indiferencia.”

2. Superar el miedo al error: “Una forma de integrar la IA     es crear espacios seguros donde se pueda probar, experimentar y aprender     sin miedo al error. Es importante que las personas puedan dar el salto     tecnológico y perder el miedo a los sistemas.”

3. Fomento de la experimentación: “Es     clave crear momentos para probar cosas, abrir la herramienta, meterse en     ella y ver qué se puede lograr. Es un buen paso para superar el miedo y     avanzar en la digitalización que quizás no se hizo antes.”

El futuro continuará trayendo cambios tecnológicos para los que tenemos que estar preparados y es necesario perder el miedo cuanto antes y volcarse aprobar, a experimentar y a comprobar que todo lo que estas nuevas tecnologías pueden ofrecernos es tan positivo como lo queramos percibir nosotros.

¿Quizás sean la domótica y la computación cuántica los próximos grandes hitos tecnológicos? Por lo que nos cuenta Carmen, creemos que sí, pero tendremos que esperar a comprobarlo, mientras tanto, seguiremos jugando con la inteligencia artificial.

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